La siesta es una tradición muy arraigada en muchos países, especialmente en aquellos de clima cálido. Pero más allá de las costumbres culturales, ¿qué dice la ciencia? ¿Es bueno echarse la siesta después de comer? ¿Puede ser perjudicial? ¿O quizá sea una herramienta útil para mejorar nuestra salud y energía? Vamos a verlo.
Beneficios de la siesta
Varios estudios han demostrado que dormir una breve siesta puede ofrecer numerosos beneficios:
- Mejora la concentración y el rendimiento: Una siesta corta puede aumentar la capacidad de atención, la memoria y la creatividad.
- Reduce el estrés: Dormir un rato puede ayudar a disminuir los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
- Mejora el estado de ánimo: Después de una siesta, solemos sentirnos más relajados y de mejor humor.
- Recupera energías: Especialmente si la noche anterior no dormiste lo suficiente, una siesta puede ayudarte a recargar las pilas.
¿Cuándo puede ser perjudicial?
Aunque echarse una siesta tiene sus ventajas, también puede tener efectos negativos si no se hace correctamente:
- Dificultad para dormir por la noche: Si la siesta es muy larga o demasiado tarde en el día, puede afectar el sueño nocturno, dificultando conciliar el sueño o provocando insomnio.
- Inercia del sueño: Dormir demasiado puede provocar una sensación de aturdimiento y lentitud al despertar, en vez de sentirte revitalizado.

¿Es mejor echarse la siesta después de comer?
La mayoría de las personas sienten una bajada natural de energía entre la 1:00 p.m. y las 3:00 p.m., coincidiendo con la digestión después de comer. Por tanto, después del almuerzo es un momento biológicamente adecuado para una siesta corta.
Sin embargo, lo ideal es que no sea inmediata. Esperar unos 20-30 minutos tras terminar de comer puede ayudar a que la digestión comience y evitar molestias estomacales. Una caminata ligera antes de la siesta también puede ser beneficiosa.
¿Cuál es la duración ideal de la siesta?
Los expertos recomiendan:
- 20 a 30 minutos: Es el tiempo perfecto para mejorar la alerta y el rendimiento sin entrar en fases de sueño profundo, evitando la inercia del sueño.
- Hasta 90 minutos: Si tienes más tiempo y no te preocupa afectar tu sueño nocturno, una siesta de ciclo completo (aproximadamente 90 minutos) puede ser aún más reparadora, ya que permite atravesar todas las fases del sueño.
Dormir más de 90 minutos durante el día, especialmente en personas que no tienen problemas de sueño nocturno, suele ser desaconsejado salvo que exista una deuda de sueño acumulada importante.
¿Para quién es más recomendable la siesta?
- Personas que duermen poco por la noche (menos de 7 horas).
- Quienes tienen jornadas laborales largas o trabajan en turnos partidos.
- Estudiantes o trabajadores que requieren altos niveles de concentración.
- Deportistas, para mejorar la recuperación física y mental.

¿Quiénes deberían evitarla o tener precaución?
- Personas con insomnio o dificultades para dormir de noche.
- Personas que notan que al dormir siesta luego tienen más cansancio o mal humor.
Conclusión
Echarse la siesta después de comer es, en general, muy recomendable, siempre que se haga de manera adecuada: unos 20-30 minutos, no demasiado tarde en el día, y preferiblemente tras haber dejado pasar un pequeño margen después de la comida.
La siesta puede ser una gran aliada para tu bienestar físico y mental, pero si notas que te afecta negativamente a tu sueño nocturno, quizá debas ajustar su duración o evitarla.
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